09 marzo 2021
Romanos 8:3-4
Porque lo que la ley era incapaz de hacer, por restarle fuerzas la naturaleza pecaminosa, lo hizo Dios al enviar a su propio Hijo en condición semejante a la del hombre pecador para ser sacrificio por el pecado. Así condenó al pecado en el hombre pecador, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, los que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu.
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