Para devoción, oración y meditación
Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: "De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."
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Tú esparciste lluvia abundante, oh Dios, tú fortaleciste tu heredad cuando estaba extenuada.
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¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos sin que se quemen sus pies?
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Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
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Samuel creció, y el Señor estaba con él; no dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras.
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